David Valdés

El davul.

Durante la semana del 20 al 25 de marzo toqué con la OSPA un programa magnífico que incluía “El Mandarín Maravilloso“, de Bartok. Esta obra tiene una parte de bombo peculiar: las plicas hacia arriba las toca la mano derecha y la izquierda se encarga de las plicas hacia abajo. También se especifica que la mano izquierda debe tocar con una “varilla flexible” (en la edición original).  
© David Valdés.
© David Valdés.
Por la partitura, las indicaciones, el tipo de música, el contexto, el conocimiento que Bartok tenía de la música popular (sus viajes recopilatorios por Turquía, Balcanes y Europa Central) y las explicaciones dadas por el director Rossen Milanov (búlgaro y, por tanto, conocedor de esta música), enseguida caí en la cuenta de que esta parte de bombo estaba claramente influida por el davul. 
 
Con el consentimiento de mi principal (Rafael Casanova) y de Juan Antonio Martín, que tocaba el bombo (yo estaba a cargo del xilo, el triángulo y el tam-tam), probamos con mi davul. El resultado satisfizo a todos y, además de resultar muy adecuado tímbricamente, el aspecto visual y escénico quedó muy reforzado.
© David Valdés.
© David Valdés.

Se tocó al modo tradicional (colgándolo de los hombros) y usando las baquetas populares: una varilla muy fina y flexible en una mano y una especie de “cucharón” de madera en la otra.

© David Valdés.
© David Valdés.
¿Qué es un davul? Ya hablé de él en la entrada “Arqueología percusiva“, pero hoy seré más específico y ahondaré en su historia, técnica y uso.
 
El davul es un instrumento de origen turco, íntimamente asociado a los jenízaros, cuerpo de elite del sultán, que se hacía acompañar de bandas de música llamadas mehterân (un mehter es uno de los músicos que forman el mehterân), siendo el davul uno de los instrumentos que formaban parte de estas bandas.
Arif Pasha. "Mehteran" (1839).
Arif Pasha. "Mehteran" (1839).

El davul es un tambor de madera de tamaño variable (entre las 18 y 36 pulgadas de diámetro y unas 10 de profundidad), con dos parches y que se sujeta de manera que ambos sean practicables. En la mano derecha se sujeta una baqueta con forma de porra o cuchara que toca los graves y en la izquierda una varilla fina que toca los adornos. La  mano derecha sujeta la maza en la forma normal, tal y como sujetaríamos cualquier otra baqueta de bombo (por ejemplo), pero la izquierda se sujeta de manera que se puedan usar los dedos y así tocar complicadísimas figuraciones usando lo que siglos más tarde se conocerá como “one handed roll” o “freehand technique” (popularizadas, entre otros, por Johnny Rabb) aprovechando el choque contra el aro para producir más de un golpe con un solo movimiento. El uso de esta varilla evolucionó hasta el actual “rute”.

© mehter.com.tr
© mehter.com.tr

Hagamos un pequeño inciso. Como se puede ver claramente en la foto anterior, las dos manos del ejecutante están ocupadas. Cada una de ellas sujeta un tipo de batidor y ambos parches se percuten. Esto invalida TOTALMENTE esa creencia según la cual la tradición de tocar bombo y platos a la vez es turca (de hecho, muchos la llaman “tocar a la turca”). Un músico jenízaro hubiera necesitado tres brazos para hacer tal cosa: uno para la maza, otro para la varilla y otro para el plato. No existe NINGUNA iconografía, documento, libro, carta…, que muestre tal cosa. Como vimos en la entrada correspondiente, un mehter se encarga del davul y otro de los zil. JAMÁS un músico jenízaro tocó ambos instrumentos juntos. Descartemos, pues, esa creencia y desechemos la tradición errónea (especialmente en la ópera italiana) de tocar bombo y platos a la vez por un solo intérprete (cosa que los compositores detestaban. Ver la entrada “Los timbales y los instrumentos de percusión en la Italia del s. XIX“).

Esta forma de tocar es, en mi opinión, centroeuropea (fijaos en los triángulos de los contra-aros, tan típicos de Alemania). Aunque todavía no tengo datos que puedan probarlo, creo que deriva de la música klezmer judía (como dato curioso, fijaos que el intérprete está tocando platos chinos).

Stanislav Lentz (1861-1920). "Fanfara".
Stanislav Lentz (1861-1920). "Fanfara".
Una vez terminado el inciso, sigo con el davul.
 
Debido a la expasión del Imperio Otomano, el instrumento (junto con sus compañeros de mehterân) se expandió por los territorios conquistados y es tremendamente popular en la Península Balcánica, donde recibe nombres como tapan, (así lo nombró nuestro director), tupan, daul, toba, tof, daouli, tupana, lodra, doli, dwola… No es casualidad que este instrumento sea tan popular en la zona europea de influencia turca.
Imperio otomano en el año 1683. Wikipedia.
Imperio otomano en el año 1683. Wikipedia.
Estoy seguro de que Bartok lo conoció en sus muchos viajes etnomusicológicos y se inspiró en él para escribir la parte de bombo de “El Mandarín Maravilloso”. 
 
Obviamente, Europa ya había conocido este instrumento en siglos anteriores y lo adoptamos (“Sinfonía Militar” de Haydn, “El Rapto en el Serrallo” de Mozart, la Novena de Beethoven…). A partir de él llegamos a nuestro actual bombo. En esta foto podéis ver juntos a dos parientes muy cercanos: el davul (tatarabuelo) y el bombo (tataranieto).
© David Valdés.
© David Valdés.

¿Cómo suena un davul? Aquí lo podéis ver:

Aquí lo vemos en una mehterân, su contexto original:

El camino recorrido por el davul empieza en la música militar, sigue en la música popular y acaba en la música culta. Una influencia mutua, trasvase entre diferentes manifestaciones humanas. 

 

La sección de percusión y el director quedaron encantados con el instrumento. Ni qué decir tiene que también lo podemos usar en toda música de influencia jenízara (ya mencionamos ejemplos más arriba) o folklórica. La curiosidad, la imaginación, el conocimiento y el respeto a la tradición deberían ser nuestras guías a la hora de seleccionar instrumentos para tocar las obras en programa.

 

 ¿Le daréis una oportunidad al davul? 😉

 

 

…et in Arcadia ego.

© David Valdés