En la pasada feria de antigüedades me hice con un tambor bastante peculiar. Tiene unas medidas de 44,7x31cm, que equivalen a 17″ 10/16 por 12″ 4/16. No son medidas “redondas” en ninguno de los sistemas, lo que no deja de ser bastante curioso. También tiene unas bellotas “single point” con los tensores no alineados.
Como veis, el tambor estaba en muy mal estado estético. Tenía el exterior muy deteriorado, el interior manchado de pintura… A pesar de eso, estructuralmente estaba en perfecto estado, así que era un gran candidato a una restauración en profundidad.
Como siempre, lo primero que hice fue desmontarlo por completo.
Lijé el casco hasta quitar toda la pintura y dejarlo perfectamente liso. Comencé con un grano 40 y fui subiendo hasta 240. Lo teñí de color vengué, igualé el color frotando con lana de acero y lo barnicé con barniz satinado transparente.
Hice exactamente lo mismo con los aros.
También limpié a fondo todos los herrajes.
Los coloqué de nuevo sobre el casco usando tornillería nueva, pues la original estaba demasiado oxidada y no merecía la pena el esfuerzo de limpiarla.
Limpié los parches de piel y monté el tambor. Este es el resultado final.
La cabezas tensoras son de muy buen tamaño y no pueden manipularse con una llave normal. Una llave del nº 10 le va como anillo al dedo y se puede afinar sin problemas.
Desconocía la marca y la histoira de este tambor, pero un miembro de un grupo de Fcebook, experto en fabricantes españoles, me dio la clave: es un Givernau, fabricado en Cataluña en los años 60.
Os aseguro que suena magníficamente, con unos graves poderosísimos y una articulación perfecta. Me será muy útil para determinados repertorios.