Este proyecto comienza con un “floor tom” de 16″x16″. Es un Mapex Pro-M, así que es un instrumento bastante decente. El interior estaba en perfecto estado y los “bearing edges” inmaculados, así que me animé a convertirlo en un tambor tenor.
Como siempre, el primer trabajo fue quitar todos los herrajes y dejar el casco desnudo. Al tom le habían añadido un laminado de Rocken Wraps que no me gustaba, así que lo quité. Ablandé la cola con un secador de pelo y retiré el acabado con una espátula.
Afortunadamente, el trabajo fue facilísimo, pues el vinilo solo estaba pegado a lo largo de una estrecha banda. Cuando me deshice de él salió a la luz un bonito acabado “Gloss Natural”.
Encolé y cegué todos los agujeros con espigas de madera que luego serré a nivel con el casco.
Para que el casco quedara perfectamente liso, no se notaran los “tapones” e igualar el acabado, decidí emplearme a fondo y eliminar el lacado original. Para ello lijé con papel de grano 50, 80, 120 y 180.
El casco ya estaba listo para el nuevo acabado. Para ello utilicé chapela de caoba que compré en Leroy Merlin. Esta lámina lleva cola termo-activa en la parte trasera, por lo que solo hay que aplicarle calor para pegarla al casco.
Recorté el sobrante y los “bearing edge” quedaron perfectos.
Una vez tuve el casco con su nuevo laminado lo lijé con grano 120 y 180 y le di varias capas de cera.
Taladré para colocar los nuevos herrajes, unos Mapex de estilo “tubular lugs”.
Compré unos aros de madera en Thoman y corté fieltro para protegerlos de las garras. También hice piezas de cuero para que las bellotas no estuvieran en contacto con el casco.
Los parches son de piel de cabra y los compré en Baena Sonido.
Ya solo quedaba montarlo todo.
Tengo ya un magnífico tambor tenor para tocar el repertorio sinfónico y operístico.