En este vídeo podéis verlos y escucharlos en un contexto tradicional. Como podéis comprobar, las partes cóncavas son las que chocan entre sí, golpeando sobre la “doblez” tan característica de estos platos (ver también fotos más arriba):
¿Qué ocurrió? Que al colgarse de esta manera el plato quedó “al revés” (tomando como referencia el uso tradicional) y pasó golpearse sobre el borde curvado hacia arriba (con la campana en la parte superior). Con los soportes “gooseneck” es imposible colgar el plato con la campana hacia abajo, pues la morfología de la misma y lo flexible del hilo hacen que el plato quede inclinado, ladeado e impracticable para el ejecutante. Resulta que los platos chinos se tocaron de una manera durante milenios, llegó la batería y pasaron a tocarse “al revés”, sobre una parte que, en principio, no estaba pensada para recibir los golpes:
No fue hasta que aparecieron los soportes modernos que el plato chino se pudo sujetar “bien” (con la campana hacia abajo):
Entonces…, ¿cómo los coloco? La solución es sencilla: como me dé la gana… 😉 Es importante saber que, originalmente, estos platos eran chocados, y como ya sabemos qué partes percutían unas contra otras, la opción “correcta” sería poner la campana hacia abajo en el soporte. Obviamente, estos instrumentos llevan tocándose milenios y están diseñados/concebidos para llevar golpes en la zona convexa de la doblez, y si los coloco como en la foto inmediatamente superior los platos no sufrirán nada porque esa es su naturaleza.
Ahora bien… Cuando hacemos música lo más importante es el sonido y adaptarse al contexto musical. Si me gusta más cómo suenan los platos colocados “al revés” (con la campana hacia arriba), nada me prohíbe colocarlos de esa manera, no iré a la cárcel por ello ni me pondrán una multa. Imaginemos que toco en una banda tipo Nueva Orleans o de swing antiguo: si quiero ser históricamente correcto y sonar como se hacía a principios del siglo XX lo lógico es colgarlo con la campana hacia arriba, que era como se hacía en esa época, aunque fuera todo lo contrario a lo que se hizo en China durante siglos. Contexto y sonido. No hay otra.
Sí hay dos cosas que debemos tener en cuenta. Es probable que nuestras baquetas sufran si coloco el plato “al revés” (campana hacia arriba) y golpeo el canto. También es probable que el plato dure menos así, pues esa no es la zona originalmente pensada para recibir los golpes. Dicho esto, lo que importa es el sonido, y nuestros soportes modernos nos permiten colgarlos de ambas maneras, así que hagámoslo de la forma más musical y que produzca el sonido que más nos guste. Así de sencillo 😉.
…et in Arcadia ego.
© David Valdés