David Valdés

La pinza o grip en la caja.

Muchos sabéis de mi admiración por Leigh Howard Stevens, su personalidad, su manera de enseñar y hacer música y, claro está, por “Method of Movement for Marimba”, libro que siempre me fascinó por la atención al detalle, lo minucioso de las indicaciones, la aplicación de métodos científicos, el destierro de un montón de mitos (que la Percusión arrastra sin solución desde hace ya demasiado tiempo) y su sentido del humor.
© Shutterstock
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Nunca encontré un libro de caja equivalente al “MOM”. Un libro que explicara con detalle todos los aspectos relativos a la pinza/grip, la forma correcta de ejecutar los golpes y que desarrollara custiones técnicas de un modo científico. Me he encontrado con muy buenos libros (los de Jeff Queen, Sanford Moeller, George Lawrence Stone, Joe Morello o Jim Chapin me vienen a la cabeza), pero ninguno con el grado de minuciosidad como el que escribió Stevens para la marimba. Si existiera un “Method of Movement for Snare Drum” sería, sin duda, mi libro favorito.
 
Mi técnica de caja proviene de la observación de muchísimos percusionistas, de quedarme con los detalles que me convencían y mejor se adaptaban a mi forma de entender la música y de desechar aquellos que no me servían.
 
Observándome he llegado a poder describir y explicar lo que hago y, lo más importante, POR QUÉ. Igual que creo que a la hora de interpretar debemos saber exactamente qué hacer con cada una de las notas y tener una poderosa razón para ello, creo lo mismo en el aspecto técnico: debemos saber exactamente qué es lo que estamos haciendo con nuestra técnica y tener claro por qué este dedo se coloca de una manera y no de otra, por qué la mano adopta esta posición y no aquélla, etc, etc…
 
Teniendo en cuenta que esto es lo que me funciona a mí particularmente y que no tiene por qué ser lo que te sirva a ti, mi forma de entender la pinza en la caja, tratando de ser tan detallista como Stevens, es la siguiente:

Debido a la limitación de 15 minutos de YouTube muchas cosas se han quedado en el tintero, pero iré explicándolas en futuras actualizaciones.

 

Recuerda que la técnica no es más que un medio y nunca un fin en sí misma: nuestra meta debe ser la música. Es muy fácil errar el tiro, quedarse en la técnica y no seguir hasta el verdadero objetivo. Dicho esto, no menosprecies la técnica. Si Fernando Alonso corriera con un coche a pedales, por mucho talento que tenga, no llegaría a ningún sitio. Si tu técnica no corre pareja a tu capacidad musical será imposible que puedas expresar nada. La falsa dicotomía que algunos músicos presentan entre técnica y musicalidad es muy simpática, pero la dejaremos para futuras actualizaciones del blog.

 

Espero que hayáis disfrutado del vídeo.

 


…et in Arcadia ego.

© David Valdés