David Valdés

Edición de partes de timbales (II).

Para continuar con el asunto de la anterior entrada hoy hablaremos del “Sanctus”, también del “Requiem” de Verdi.

 

Igual que en aquella ocasión, recomiendo la escucha en altavoces “full-range” para poder apreciar los graves.

 

Este enlace legal y gratuito permite descargar la partitura orquestal y las partes: IMSLP.

© David Valdés
© David Valdés

La peculiaridad del “Sanctus” es que se trata de una fuga a ocho partes para doble coro (algo similar a los dobles coros en estilo veneciano a los que me enfrentaba cuando estudiaba contrapunto). Por ello, el estatismo de la parte de timbales no encaja en una forma en la que la independencia de líneas y la construcción melódica son vitales.

 

Verdi escribe Do y Fa continuamente pero, a poco que se analice la secuencia de acordes (ver el “score”), veremos que, por culpa del endiablado ritmo armónico propio de una fuga, esas notas no casan y, cuando sí lo hacen, producen una extraña sensación, pues resulta una 1ª ó 2ª inversión.

En la primera intervención doblo los fagotes, trombón bajo, oficleide, bajos del coro II y contrabajos.

 

Añado los acentos para frasear de la misma manera que el metal (obsérvese que los dos Fas graves se quedan sin él para cerrar la frase). También tomo las dinámicas un grado por debajo para aligerar la textura contrapuntística.

sanctus

Seguí el mismo criterio en la siguiente intervención: doblar fagotes, trombón bajo, oficleide, bajos del coro II y contrabajos.

 

No acentúo las notas redondeadas en rojo. En el primer caso son final de la frase precedente (sólo hay que recordar que el diseño anterior comenzaba con un silencio de blanca seguido de dos negras). En los dos siguientes también son final de frase.

Sanctus

En este otro pasaje vuelvo a doblar instrumentos siguiendo el criterio ya explicado.

 

Sustituyo el redoble original sobre el Fa por una negra, pues ningún otro instrumento toca una redonda. Además, ese redoble interfiere con el fraseo de negra-tres negras:

sanctus

El problema de esta edición lo es de concepto. Como se recordará de la anterior entrada, una de las cuestiones que debíamos tener en cuenta era respetar el espíritu de la obra. ¿Respeta mi edición el carácter del “Sanctus”? Debo reconocer que quizá haya ido un poco lejos con mi modificación… Esta obra no es el vals de “El Caballero de la Rosa” (R. Strauss), ni la “Intrada” de la “Misa Glagolítica” (L. Janacek). El problema, como ya expliqué más arriba, es el vertiginoso ritmo armónico (y agógico) de la fuga; si yo fuera Verdi no habría escrito parte de timbales para este número.

 

Como dije en la anterior entrada, el compositor, dadas las limitaciones de la época, podía optar por dos soluciones cuando se le agotaban las dos notas disponibles: escribir notas inadecuadas o silenciar los timbales. La parte escrita por Verdi (¡Euterpe me perdone!) suena rematadamente mal, lo que lleva a la siguiente pregunta, ¿qué es más molesto para un oído educado?, ¿una parte que no tiene nada que ver con el contexto o una parte con quizá más notas de las debidas?

 

Bajo mi punto de vista la parte original no funciona. Quizá mi edición sea aberrante por excesiva, pero las notas son las correctas. Yo, como compositor, hubiera optado por no escribir timbales en este movimiento, pero Verdi lo hizo, así que la opción del “tacet” es inviable… ¡algo hay que tocar! Ahora bien, de tocar prefiero hacerlo con mis modificaciones aún reconociendo que la parte editada llama demasiado la atención (otra de las razones por las que rebajo un grado las dinámicas es para no poner bajo los focos una parte demasiado “atrevida”). Siento ser iconoclasta, pero lo escrito por Verdi no me gusta.

"Retrato de Giuseppe Verdi" (Giovanni Boldini, 1886).

Este movimiento no admite medias tintas: si hay que hacer cambios hay que hacerlos realmente drásticos. En este caso, tocar literalmente la parte no me convence. Lo ideal es modificar sin emborronar la línea musical, no llamar demasiado la atención sobre la parte de timbales, no dejarse llevar por lo divertido de las pedalizaciones… Mi edición del “Sanctus” implica llevar la contraria a esas ideas a la vez que cierto grado de “espectáculo”, pero no merece la pena realizar cambios a medias para que sigan existiendo notas falsas: o se cambia todo o no se cambia nada. Por otra parte, el director se mostró encantado con mi arreglo.

 

¿Qué perturba más al conjunto musical del “Sanctus”?

 

a) Notas falsas

b) Timbales doblando al oficleide

 

Según mi modesto entender, la opción a) es más perturbadora. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto? Estaré encantado de conocerla.  



…et in Arcadia ego.

© David Valdés